martes, 14 de julio de 2015

Pequeños Placeres Culpables (I): La saga MEG.

¡¡Disfrutar del mar y el verano!!

Para darle un poco de vidilla al blog vamos a empezar unas pequeñas entradas en las que comentaremos una serie, un libro, una película, un juego que, por los motivos que sea, nos haya llamado la atención.
Empezaremos con un tema muy adecuado para este periodo estival, la serie de novelas MEG.

Escritas por Steve Alten la serie de novelas MEG trata dos temas que siempre nos han fascinado en el blog: Bichos gigantes y tiburones, todo en uno, en este caso por obra y gracia del  Megalodón (Carcharodon megalodon) un gigantesco tiburón de más de 20 metros (cosa que, de forma cansina, no deja de repetir el autor en las novelas) antepasado de los tiburones actuales y que reino como depredador incontestable de los mares hace entre 15.9 y 2.6 millones de años.




En la primera novela MEG (editada en España en 2008) el protagonista, tras sobrevivir a un ataque de una de estas criaturas en las profundidades de una fosa, debe hacer frente a la llegada de uno de esos monstruos a la superficie con la consiguiente perdida de vidas humanas en las fauces del tiburón prehistórico. De ritmo frenético y muy entretenida, Meg no deja de ser una novela del montón llena de reiterados datos científicos, personajes cliché, prosa simplona pero, eso sí, llena de momentos espectaculares (los ataques de un tiburón de ese tamaño no podían ser de otra manera) y con cierto mensaje ecologista que, aunque risible a ratos, es de destacar. Se ha intentado llevar al cine en un par de ocasiones y parece que, en breve, tendremos una adaptación a cargo del director Eli Roth después de pasar por manos  de gente como Jan De Bont (Speed) o Guillermo del Toro.


Concepts arts de la fallida película sobre MEG




A Meg la siguió Meg: La Fosa donde el tiburón gigante pasa a ser un secundario en una trama bastante alocada que incluye a un multimillonario megalomano, un asesino ruso psicópata, otras criaturas submarinas prehistóricas y una trama casi digna de James Bond.



En la tercera Meg: Aguas Primitivas vuelve la verdadera estrella, el Megalodón, esta vez por partida doble y mezclado con un delirante reality show en el que se ve embarcado el protagonista de la anteriores junto con su hija. Aún más espectacular en sus ataques que en la previa y de nuevo con mensaje ecologista al canto resulta tan entretenida como a ratos surrealista pero se lee del tirón y deja un final abierto que ha continuado con dos novelas Meg: Hell´s Aquarium y la precuela Meg: Origins aún no publicados en España pero de los que daremos cumplido reporte en cuanto nos hagamos con ellos.



En fin, unas novelas que son claros placeres culpables, no tienen mucha literatura en su interior, sus personajes son meros arquetipos y ciertos momentos son muy previsibles pero resultan de lo más entretenidas y sin duda son una lectura muy adecuada para esta época del año e ideal para leer junto al mar para luego meterse en el agua y notemos un ligero cosquilleo en la espina dorsal cuando sintamos un roce en nuestras expuestas piernas. ¡¡¡Disfrutad del agua!!.




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